Acudir a la salida del cole, por la tarde, en día de lluvia, es un acto complicado y hasta peligroso.
Señoras y señores se lanzan con cierta imprudencia al encuentro de sus hijos resguardados bajo el porche.
Cuando estos salen de su refugio, a pesar de llevar chubasqueros u otras prendas de esa índole, lo hacen con la capucha bajada, ajenos a la inquietud que sus padres sufren en ese momento por su salud.
En ese preciso instante es cuando dichos padres, cada vez más nerviosos se abalanzan, chocando los paraguas entre sí sin orden ni piedad.
Una señora enganchó el mango de su arma a mi bolso sin fijarse en que me estaba arrastrando tras ella. ¡Ey señora!
AnnFoto: Alex Esteban