No voy a escribir sobre Italia porque sencillamente no soy capaz de hacerlo, no sé escribir.
Ignoro cómo se vivirá allí, supongo que con dinero, de fábula como en el resto de países, sin él, a duras penas como en el resto de países.
Viajar a Italia, desprovisto de todas las obligaciones impuestas por ser residente, es un verdadero placer, un sútil regalo para los sentidos, un baño de embriagadoras y arrasadoras sensaciones.
Miles de estímulos golpean con fuerza, llegando directos al corazón.
Arte en todas sus formas. Escultura, pintura, arquitectura, el legado artístico que ha sobrevivido al paso del tiempo, a las luchas, a los expolios, está tan presente a nuestro alrededor que impresiona y conmueve.
Su patrimonio es tan grandioso y sin embargo todo su entorno es tan asequible, tan íntimo, que Italia impone pero no intimida.
Su paísaje es variado y majestuoso.
Montañas y lagos, mar y pueblos colgados de las rocas, colinas y viñedos, paísajes agrestes, paísajes amables, paísajes que forman un todo atractivo y que invitan al visitante curioso a desear saber qué hay más allá.
Es un país relajante, elegante, lleno de matices.
Me gusta.
Ann
Ça donne envie d'y aller...
ResponderEliminarc'est encore grâce aux photos...
EliminarUna imagen vale más....
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