En alguna ocasión, descubrir una maravilla puede resultar amargo por no hacerlo a tiempo.
Me acaba de ocurrir con un artista italiano, Gianmaria Testa, del que dos personas me alabaron su exquisita maestría a la hora de componer e interpretar.
Lo escuché cantar, lo escuché hablar con su voz grave y sutil.
Me cautivó al instante.
Pensé en mi suerte y en las hermosas oportunidades que se abrían ante mi gracias a esta nueva fuente de conocimiento, de placer, de disfrute.
Un poco más tarde, descubrí que esa persona falleció pocos meses antes, sin ruido, sin ser noticia.
Qué pena más grande, por él, por mí.
Ann.
https://www.youtube.com/watch?v=ow4y61l13_k
Idem
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