Me gustaría poner de relieve la importancia del viaje en el desarrollo cognitivo de la persona. El poso que va dejando cada experiencia viajera en nosotros, en aspectos tan dispares como la cultura, la historia, la gastronomía, las costumbres es vital para nuestra evolución personal. Los paisajes, los colores, los olores, pequeños detalles que quizá pasan desapercibidos en el momento pero que, sin lugar a duda, nos enriquecen como seres humanos.
El viaje nos abre la mente, nos hace más tolerantes, más receptivos, más humanos, sin importar la distancia del desplazamiento. No olvidemos que el primer interés del viaje, es el de la ilusión por lo desconocido, por el descubrimiento, sea cual sea el destino.
Ann
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