lunes, 17 de septiembre de 2012


¿Por qué Lisboa?



Porque la sonoridad de su nombre, el empedrado de sus calles, el color de sus fachadas, se apoderaron de mí nada más pisarla por primera vez en 1998.
Desde entonces, he viajado allí repetidas veces, prometí incluso visitarla una vez al año, promesa incumplida, como tantas otras.
En cada ocasión, he vuelto a descubrir su intensa luz, casí cegadora, en cada uno de sus rincones, a admirar sus increibles vistas al Tajo desde lo alto del Castelo de São Jorge.
Podría decir infinidad de cosas maravillosas de Lisboa, de su deliciosa repostería, de sus aromáticos cafés, de la nostálgica música que se escapa de sus casas, pero acabaré citando el inicio de uno de mis libros favoritos, de José Saramago, al que tanto echo de menos: "Aquí acaba el mar y comienza la tierra". El año de la muerte de Ricardo Reis.
Ann
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario